Excelencia

Cada vez más se asocia la palabra excelencia a temas académicos pero en su origen griego está el término «areté» un término lleno de matices que empezó significando fuerza, destreza, valentía, sagacidad y habilidades asociadas al valor heroico, luego acabó  relacionándose con las cualidades morales o espirituales que definen a la persona; y posteriormente debido a la influencia de Aristóteles terminó por traducirse como virtud.

El término griego «areté» procede de «agathós» (bueno), que a su vez procede de «aga» (lo mejor) y se apoya en la partícula «ari-» indicadora de una idea de excelencia.

Por tanto, significa originariamente «excelencia o perfección de las personas o las cosas», está  relacionado con la búsqueda de la perfección de uno mismo y se puede traducir por excelencia humana. (además, la «areté» incluía heroísmo, una capacidad para emprender tareas arduas, con ánimo grande y con fortaleza en los padecimientos)

Por otra parte, todo tiene su fin («télos») y a ese fin al que tiende cada cosa los griegos le llamaban el bien. De manera que la excelencia nos remite a una búsqueda y desempeño del bien como el mejor y con fortaleza.

Todos estos conceptos que calificaban la vida de los griegos, nos hablan de una sociedad donde destaca el que busca ser el mejor buscando el bien de manera virtuosa. Ojalá volvamos a esta excelencia más humana y no tan académica.

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