Pensar

El pensamiento puede transformar la existencia. A partir de una vida examinada a través de la reflexión puede operarse una conversión.

Una finalidad de la sabiduría es llegar a cambiar la vida a través del pensamiento. Una clave de la existencia radica, pues, en el pensamiento.

Es preciso organizar las ideas para organizar la forma de vivir.

Pensar no es una actividad aislada sin relación directa con la vida diaria, sin consecuencias inmediatas sobre nuestros actos. Esta separación es artificial y perjudicial porque transforma la actividad intelectual en un juego estéril reservado a unos pocos expertos. Los antiguos no establecían ninguna ruptura entre vivir y pensar. La abstracción desencarnada radicalmente separada de toda dimensión existencial era ajena a los antiguos (incluso para los más contemplativos).

La teoría tiene siempre como perspectiva sus consecuencias sobre la vida. Una verdad sin efectos sobre la vida es ajena al pensamiento antiguo. Descubrir una verdad, tener una idea correcta tiene siempre un impacto sobre aquellos que lo consiguen.

Se trata, por tanto, de transformar la propia forma de vivir a través de un trabajo largo y constante sobre uno mismo, donde para este Cuidado de Sí, la tarea de pensar es fundamental, porque la vida se ordena según el pensamiento… Todo un tesoro de la filosofía antigua: la experiencia de pensar como manera de cambiar la existencia.

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