«Estetización» Es la utilización de términos, imágenes, objetivos, métodos... extraídos del ámbito de la estética dentro de los ámbitos de la política, la moral, la sociología, la vida cotidiana, las relaciones personales, el ejercicio del poder, etc. Convertir en índole estética regiones de la vida y de la realidad que, en principio, no tienen como aspecto primario o definitorio cuestiones estéticas. Este papel abusivo que puede jugar lo estético en cualquier ámbito o actividad humana tiene al menos dos manifestaciones evidentes:
Instrumentalización de la belleza por el mercantilismo.
Desde que la industria se unió al arte y el arte al mercado; y el mercado descubre los “productos seductores estetizados”, la estética es instrumentalizada al servicio del consumo. El mercado provoca un hedonismo estético basado en sensibilidades de lo inmediato, un placer alejado de permanencias ni trascendencias. El placer es aceleración, flujo, velocidad y dinamismo efímero. Los estetas de la estetización mercantilista sustentan sus estrategias en dos pilares: (1) Saben que el arte es una manera de representar el mundo, de configurar un universo simbólico ligado a nuestra sensibilidad, a nuestra intuición, a nuestra ficción; y que hay una dimensión de la estética (la experiencia estética) donde se puede desplegar un mundo ilusorio. (2) Y por otra parte conocen aspectos de la experiencia estética que pueden ser utilizados. Por ejemplo, saben que en toda fruición estética hay una exaltación de sentimientos de vida, una intemporalidad como la que nos proporciona ciertos momentos de felicidad, una liberación de momentánea de nuestros afanes cotidianos, de nuestras indigencias, decepciones y fatigas; una pérdida del yo…
A continuación… ¿cual será el mejor “producto estetizado” del mercado? Curiosamente el más irreal. La estetización a través de la publicidad, no sólo ofrece un producto sino un estilo de vida asociado a él que incluye promesas de felicidad mediante la producción estética de mundos artificiales. No se trata ya de embellecer lo real para hacerlo habitable o soportable, sino de crear otra realidad virtual que lo sustituye con un único fin crematístico.
Vaciamiento de contenidos. La estetización es capaz de producir un vaciamiento de los contenidos semánticos y vitales de objetos, símbolos, rituales, etc… y a su vez sostener el mantenimiento de los mismos pero únicamente sobre sus aspectos puramente estéticos. Esto es, es capaz de desvirtuar y desnaturalizar y a su vez operar como signos en un modo eminentemente estético, esto es, estetizados. La mejor manera de ilustrar la segunda vía de actuación de la “estetización” que he denominado “vaciado y mantenimiento” es mediante el ejemplo de las fiestas y ritos religiosos, étnicos…
En nuestros días las fiestas cada vez están más desvinculadas del culto y del ritual, y son secularizadas mediante una estetización. A medida que en nuestras sociedades laicas y secularizadas se mueren los dioses y se borran las creencias, para la mayoría de la población las fiestas, instituidas a la luz del rito sacro/étnico, no sólo pierden se carácter original sino que llegan hasta perder los valores culturales asociados a la polis que al menos proporcionaba una unidad y eticidad como pueblo.
La progresiva secularización de la sociedad ha contribuido a esta adulteración de las fiestas, ahora bien, la “estetización” poco contribuye a devolverles su carácter originario, más bien únicamente perpetua el “vaciado” sosteniendo únicamente el rito sobre el pilar del sentimiento subjetivo de la experiencia estética.
Las fiestas, desplazadas de su mundo, de la vida ética o mítico-religiosa en la que florecieron y maduraron, perduran cual reliquias, como formas sustitutivas que subsisten a condición de quedar aisladas de sus marcos de referencia y significados originarios.
Pero sometidas a la descontextualización y su progresiva desmemoria en el tiempo estarán abocadas a su desaparición salvo puntuales investigaciones asépticas de antropología cultural que en muchos aspectos lo único que hacen es contribuir a la primera forma de perversión de la estetización: las fiestas y ritos son instrumentalizadas en forma de turismo, ocio y espectáculo.
¿Cuál es el peligro de este vaciamiento? Muy fácil, la estetización que permite la sustitución de los contenidos originarios por otro contenidos ajenos, puede utilizarse para instrumentalizar el objeto original para otros fines no siempre plausibles (nacionalismos excluyentes, exaltaciones de razas, creación de identidades…).
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