Egobody

En el “egobody” moderno, el pensamiento y el yo se disuelven en el cuerpo, explica el filósofo Robert Redeker en Le Monde (19-08-2009). Redeker afirma que “el nuevo cuerpo fue un mito político prometeico del siglo XX”. “Los cuerpos de los atletas de los Juegos Olímpicos de Berlín, tal como los exhibía Leni Riefenstahl en Los dioses del estadio, o el cuerpo de los desfiles en la Plaza Roja de Moscú, eran cuerpos ideológicos”. Era “una ideología hecha carne, hecha músculo, hecha energía corporal”.

Hoy el dictado sobre el cuerpo no procede de la ideología política, sino de la publicidad “deporte, televisión, show business, erotismo comercial, cine”. Para Redeker, este cambio se explica por el declive de la religión en Europa. Para el cristianismo, en el cuerpo la carne estaba mezclada con el pecado después de la Caída, ahora bien, también veía el cuerpo como “una realidad intangible, con su parte de sacralidad enraizada en la noción de encarnación”. Pero desde la segunda mitad del siglo XX el cuerpo de ha independizado de la religión.

Y hoy...“el cuerpo se ha convertido en ego”, de modo que “yo soy mi cuerpo”. “Los adictos a los sitios de encuentro en Internet, las estrellas del fútbol, ... identifican su yo y su cuerpo”. Hemos pasado del cogito de Descartes, del “pienso luego existo”, donde se asimilaba el pensamiento al yo (identificado con el alma, como algo distinto del cuerpo) a la identificación del yo y del cuerpo.

“La reciente identificación del yo y del cuerpo, fenómeno de masa, constituye un cambio de importancia histórica. Desde sus orígenes la humanidad se había caracterizado por la disociación entre el yo (ya fuera una instancia psicológica o, más allá, una entidad espiritual) y el cuerpo. En cambio, el cuerpo nuevo es el cuerpo de la confusión del alma y del cuerpo, del yo y del cuerpo, del pensamiento y del cuerpo. El cuerpo nuevo es ante todo el cuerpo que ha absorbido al yo”.

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