
Cuantos más valores culturales, morales y espirituales poseemos más nos afianzamos en aquello que creemos porque nos permite conocer el verdadero ser de la persona, su proyecto vital, su desarrollo y sus limitaciones desde múltiples perspectivas.
Por el contrario, cuanto menos disponemos de una vida interior rica en el plano moral, cultural y espiritual, más estamos expuestos a envites que nos desvíen o nos hagan perder el rumbo.
Por tanto, la Cultura con mayúsculas no puede considerarse secundaria o accesoria. Es un pilar necesario en nuestra vida interior.
De esta manera, en el plano educativo, la Cultura ayuda a resistir a las presiones y influencias que imponen nuestra sociedad, y a liberarse y distanciarse de éstas. Por ello, es esencial, tal vez incluso vital, dotar a nuestros hijos lo antes posible de los elementos de una vida interior rica, profunda y duradera. Y para eso es necesario permanecer fiel al principio fundamental que acabo de mencionar: cuantos más valores culturales, morales y espirituales posea una persona, mejor...
No hay comentarios:
Publicar un comentario